Precisamente, este martes el Congreso acordó multar con 1.000 euros a los automovilistas que conduzan duplicando la tasa de alcohol permitida o que sean reincidentes, mientras que el resto de positivos seguirán siendo sancionados con 500 euros, como hasta ahora. El acuerdo se alcanzó a última hora entre el PP y CiU, y al que se sumaron el resto de grupos (salvo el PSOE, que se ha abstenido), durante la tramitación de la reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, que fue aprobada por el Congreso y remitida al Senado.
Del total de conductores sometidos a las pruebas de la DGT, el 1,2 por ciento han dado una tasa de alcohol superior a la permitida y prácticamente el 50 por ciento de los que han sido sometidos a los test selectivos de drogas han resultado también positivos, si bien la DGT ha aclarado que estos se han realizado solo a quienes «habían dado negativo en las de alcoholemia y presentaban síntomas de haber ingerido alguna sustancia».
De hecho, del total de 188 controles de estupefacientes realizados, 93 resultaron haber consumido alguna sustancia, que en 64 conductores resultó ser cannabis, en 28, cocaína; en 15, anfetaminas; otros 15 dieron positivo en opioides y 7 más en metanfetaminas.
En el caso de quienes han sido «pillados» al volante con una tasa de alcohol superior a la permitida, es decir, superior a 0,25 miligramos por litro de aire expirado (0,15 para los noveles y profesionales), 2.111 han sido detectados en controles preventivos, pero 106 casos ha sido tras haber sufrido o causado un accidente.
Asimismo, a otros 134 conductores se les ha sometido a la prueba tras haber cometido una infracción y 28 más han sido detectados por mostrar «síntomas evidentes de la ingesta de alcohol», según la DGT.
El organismo ha recordado a los conductores que existe una relación «demostrada» entre consumo de alcohol o estupefacientes y reducción de las habilidades de conducción, y que además la ley prevé sanciones de 500 euros para quienes sean hallados con una tasa superior a la permitida.
Por último, ha indicado que, «los controles seguirán realizando controles de alcohol y drogas» para disuadir de conducir y para concienciar «de que no solo el alcohol y la conducción es un binomio peligroso, sino que también las drogas y la conducción son en muchas ocasiones sinónimo de muerte».
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